Has este ejercicio. Piensa por un momento cuántas veces sales de tu casa al día.
Tal vez una sola.
Sales a trabajar, y regresas a descansar.
Tal vez seas de las personas que desearía no tener que salir ni siquiera a trabajar. .
Ejercicio que debimos hacer hace no mucho tiempo gracias (o desgraciadamente) debido a la pandemia por COVID-19.
¿Qué te pasó? ¿Disfrutaste todo el tiempo que debiste permanecer encerrado o llegó un momento donde buscabas cualquier excusa para salir de tu casa? ¿Acaso no disfrutabas salidas cortas como ir a tirar la basura? Un paseo de cinco minutos, de no más de cincuenta metros era la gloria luego de una, dos o tres semanas sin pisar la vereda.
Los Homo sapiens y los Canis familiaris (o Canis lupus familiaris) no somos tan diferentes.
Las mayores diferencias apuntan a la cultura, el uso de un lenguaje verbal y luego un lenguaje escrito que nos ha permitido pasar conocimientos primero de una persona a otra y luego, a través de la escritura, a muchas personas y de manera asincrónica.
En casi todo lo demás, perros, humanos y otros mamíferos compartimos el funcionamiento del sistema nervioso y las conductas. Producimos los mismos neurotransmisores, reaccionamos de la misma manera frente a situaciones que nos toca vivir.
Si para nosotros es necesario salir, socializar con otras personas, interactuar con otras formas de vida, entrar en contacto con el pasto, visitar zonas verdes, ir a la playa y tomar un baño relajante, para los perros también lo es.
En este sentido, para enriquecer la rutina de los perros lo primero indispensable es un paseo diario (ideal dos para perros que hacen las necesidades en su casa), tres o cuatro para los que viven en apartamentos y no realizan sus necesidades adentro. No hablamos de paseos de una hora. Con salidas de veinte minutos/media hora es suficiente, siempre que las salidas sean relajantes, que se interactúe de manera sana con otros seres vivos, que el ambiente no sea estresor (depende de cada perro).
Ahora, imagina que sales de tu casa dos veces por día. Pero regresas y todo lo que haces es sentarte en un sillón, caminar a la cocina, comer algo, y volver a acostarte. Seguramente te aburras, y comiences a buscar qué hacer.
Seguramente si tienes actividades sanas y relajantes para hacer en tu casa las elijas, pero si no las tienes, buscarás cualquier actividad que te alivie el malestar que sientes...
¿Te ha pasado que tu perro rompe objetos en tu casa? ¿Te ha pasado que te muerde?¿te salta? ¿Has pensado cómo es la rutina de tu perro?
Si tu perro manifiesta conductas destructivas o autodestructivas, si tu perro ladra de forma desmedida o injustificada, si reacciona de forma injustificada a diversos estímulos puede estar estresado.
Ofrecele actividades divertidas. Juega con él. Si son juegos de estimulación cognitiva mejor. Si son actividades interactivas mucho mejor.
Plantéale desafíos.
No le des el alimento en un plato. Ofrecéselo de alguna manera en que deba ganárselo.
Enséñalo.
Has con tu mejor amigo lo que harías vos para sentirte bien.
Y tal cual harías (o deberías hacer), si por tu propia cuenta no logras visualizar avances, busca ayuda profesional.
Un especialista en comportamiento animal especializado en modificación de conducta puede ser una buena alternativa.
¡Buena suerte!
Y si precisas ayuda, no dudes en escribirnos.