Cuando pensamos en las conductas que podemos observar en los perros con los que convivimos, no podemos desconocer la naturaleza misma del animal. En este sentido es importante no solamente conocer de dónde descienden (evolutivamente hablando) sino también las características que han sido seleccionadas por los humanos a la hora de "crear" la raza a la que pertenece el individuo.
A menudo nuestro perro va a desencadenar conductas que parecen ser poco adaptativas al entorno actual, pero que sí se corresponden a lo que sucedía con sus antepasados. Información que se ha ido transmitiendo genéticamente a través de miles de años y que algunas de ellas aún persisten en nuestros perros domésticos.
Parece ser que el revolcarse en carne en descomposición (carniza), basura, u otros sitios olorosos es una de estas conductas. Aunque desagradable para los humanos, para los perros de la antigüedad, e incluso para los lobos, podría haber sido una cuestión de vida o muerte.
La primera hipótesis, tiene que ver con el camuflaje. Los lobos, como depredadores, precisaban mantener fuera del alcance de las narices de sus presas, su propio olor. Es así que, revolcarse en sitios olorosos podría haber sido una estrategia que les permitía pasar más desapercibidos y tener más éxito al momento de la caza. Recordar que, tal como actúa la selección natural, si una característica resulta beneficiosa y permite que cierto número de individuos sobreviva más por poseerla, estos tendrán más posibilidades de reproducirse y por lo tanto tal característica se pasará a su descendencia.
Por otro lado, una segunda hipótesis, propone que revolcarse en animales muertos podría haber sido una manera de dar aviso a los demás integrantes de una manada que había alimento disponible. Es así que, cuando un lobo llega al sitio donde se encuentra la manada con olor a animal muerto, está avisando al resto que hay alimento disponible en el lugar de donde viene.
Todo esto parece innecesario en pleno siglo XXI cuando los perros reciben el alimento a diario por parte de sus tutores. Sin embargo como lo dijimos anteriormente, no deja de ser una conducta que llevan en sus genes y que se activa frente a un estimulo disparador. Tal como esconder un hueso, incluso debajo de las sábanas de sus tutores.
Si te pareció interesante este artículo te animamos a seguirnos en redes.
Si tienes consultas o precisas ayuda con tu perro, no dudes en escribirnos.